Laura Bassi, rompiendo estereotipos

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Algo que suelen tener en común las mujeres que se dedicaron a la ciencia durante la Edad Moderna es que la mayoría de ellas rompieron con el estereotipo de mujer-esposa-madre dedicada en exclusividad a su familia y a cultivar aquellas artes que se consideraban propias del género femenino. Lo que hace especial a Laura Bassi, desde mi punto de vista, es que además poseía cualidades que bien podrían ser compartidas por las mujeres del siglo XXI.

TEXTO POR PATRICIA RODRÍGUEZ
ILUSTRADO POR PAOLA VECCHI
ARTÍCULOS | MUJERES DE CIENCIA | EFEMÉRIDES
31 de Octubre de 2015

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Laura Maria Caterina Bassi (31 de octubre de 1711-20 de febrero de 1778, Bolonia, Italia) tuvo suerte nada más nacer y por partida doble. Primero por pertenecer a una familia acomodada de Bolonia que podía proporcionarle una educación privilegiada. Y segundo porque su padre, el abogado Guiseppe Bassi, supo ver el tremendo talento de su hija y decidió potenciarlo desde el primer momento. Entre los 13 y los 20 años estuvo bajo la tutela de Gaetano Tacconi, médico de la familia y profesor de filosofía y anatomía de la Universidad de Bolonia. Con él aprendió filosofía y metafísica con tal facilidad que Tacconi decidió promocionarla en los círculos académicos de la ciudad. Laura Bassi empezó desde muy joven rompiendo estereotipos y la primera prueba de ello es que pudo recibir la misma educación que cualquiera de los hombres de su época.

Cuando el cardenal Prospero Lambertini (que años más tarde se convertiría en el Papa Benedicto XIV) volvió a Bolonia como arzobispo, se percató de la capacidad de Laura en el arte de la oratoria. El cardenal, quizá porque también se había formado en ciencias en su juventud, la animó en su trabajo científico y se convirtió en su principal mecenas. En 1732, Lambertini, fascinado por sus habilidades dialécticas, convenció a Laura para que participara en debates públicos y la erigió en el símbolo de la regeneración cultural y científica de la ciudad. Contar con el apoyo de las altas esferas eclesiásticas sí que es romper con lo establecido.

A la edad de 21 años, Laura Bassi se graduó en filosofía y obtuvo el puesto de profesora en la Universidad de Bolonia. Esto es un hito en la historia de las mujeres en la ciencia, ya que fue la primera que ocupó una cátedra de física en una universidad. Además, fue la segunda mujer en doctorarse en Europa, después de que Elena Cornaro lo consiguiera en 1678, como ya contamos en Principia recientemente. La ceremonia de su doctorado creó tanta expectación que fue pública y muy fastuosa. Laura iba ataviada con una capa de armiño, una corona de plata y joyas engastadas y un anillo, honores que hasta el momento estaban reservados a los hombres. Otra vez más, Laura Bassi rompe barreras dejando claro que las mujeres tienen la misma capacidad que los hombres para las ciencias.

Fue la primera que ocupó una cátedra de física en una universidad

No todo iba a ser un camino de rosas para Laura Bassi y aquí empezaron las dificultades. No tuvo apenas ocasiones de ejercer su actividad docente en este periodo de su carrera. Se consideraba indecoroso que una mujer estuviera en una clase llena de hombres, aunque fueran sus alumnos. Solo se le permitiría ejercer como profesora universitaria bajo mandato del Senado de Bolonia o dar conferencias en eventos solemnes o públicos, donde las mujeres eran invitadas.

En 1738, Laura Bassi se casó con el médico y físico Guiseppe Veratti, con el que tuvo ocho hijos. El matrimonio supuso un apoyo para Laura en su carrera científica, ya que le permitió impartir clases de manera regular en su residencia. Con la ayuda de sus poderosos mecenas, Laura fue capaz de persuadir a la universidad para que le otorgara más responsabilidad y un mayor salario y así poder adquirir su propio equipamiento. Esto le permitió habilitar un laboratorio en su casa en el año 1749, en donde Laura y su marido trabajaban conjuntamente desarrollando experimentos para estudiar la electricidad. El laboratorio de los Veratti-Bassi se hizo famoso en toda Europa. En él, Laura impartió cursos de física experimental durante treinta años oficialmente reconocidos por la Universidad de Bolonia y se acogió a científicos de renombre. Así, este laboratorio se convirtió en uno de los enclaves de reunión de los miembros más innovadores de la comunidad científica de Bolonia y uno de los lugares de investigación científica que recibía más visitantes, tanto italianos como extranjeros.

El laboratorio de los Veratti-Bassi se hizo famoso en toda Europa

Hablando de estereotipos, parece que lo que se espera de las mujeres del siglo XXI es que sean las perfectas esposas, madres, profesionales, hijas, amigas y a la vez estar divinas de la muerte. No creo que exista la receta para conseguirlo (ni creo que haya por qué hacerlo), pero si alguien estuvo cerca, esa fue Laura Bassi. Crear un laboratorio de la nada, convertirlo en el centro neurálgico de la ciencia italiana de la época, compartir tus conocimientos con tus colegas de profesión, mientras eres esposa y madre de ocho hijos es de ser una auténtica todoterreno.

Otro de los estereotipos que rompió Laura Bassi fue la facilidad con la que estableció contactos con grandes intelectuales de toda Europa. Entre los personajes ilustres con los que se carteaba se encontraba el filósofo francés Voltaire (al que durante los años 1744 y 1745 ayudó para convertirse en miembro de la Academia de las Ciencias de Bolonia), Lazzaro Spallanzani, Jean Antoine Nollet, Felice Fontana, Leopoldo Caldani y Alessandro Volta. Esta es la mejor evidencia de la integración de Laura Bassi en los círculos intelectuales de la Europa del siglo XVIII. A día de hoy, todos somos conscientes de lo enriquecedor que es tener una buena red de contactos con quienes poder poner en común los resultados de tu trabajo y beneficiarse de la cooperación mutua. Laura Bassi también lo sabía hace ya muchos años.

Durante la segunda mitad de su vida, Laura Bassi se convirtió en un personaje muy reconocido en la sociedad científica por su habilidad para explicar la física experimental. Su mayor interés se centró en el trabajo de los físicos ingleses y en los principios matemáticos de Isaac Newton. Tanto es así que desempeñó un rol muy importante en Italia por su enorme contribución en la difusión de la física newtoniana y los principios enunciados por Benjamin Franklin sobre los fenómenos eléctricos. Hoy en día, la difusión del conocimiento es algo en lo que se hace mucho hincapié desde las instituciones científicas y centros de investigación. Laura Bassi ya era consciente de su importancia tres siglos atrás.

Desempeñó un rol muy importante en Italia por su enorme contribución en la difusión de la física newtoniana

La mayoría de la documentación relacionada con la actividad de Laura Bassi se encuentra en la Biblioteca Comunale dell ‘Archiginnasio y en el Archivio di Stato de Bolonia. Todos estos documentos se consideran de especial interés para la historia de la ciencia, ya que permiten reconstruir los comienzos de la carrera de una mujer científica antes del siglo XIX y aprender sobre el contexto social y cultural que lo hizo posible. Gracias a ellos hemos podido conocer a una Laura Bassi que se desmarca por completo de las mujeres de su época, unas veces por la amabilidad de su entorno, otras veces por su inmenso talento y siempre por saber dar un paso más allá y ofrecer lo mejor de ella misma. Sus habilidades harían de Laura Bassi una mujer con capacidad suficiente para enfrentarse a retos propios del siglo XXI. Tomemos nota de ello.

Bibliografía e información adicional:

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